domingo, 5 de junio de 2011

Mariana Suozzo (Buenos Aires 1982): soy una persona sensible, es verdad


roberto, soy muy joven para morir de angustia

ya tendrías que haber arreglado el refrigerador
que te llevaste de mi casa hace algunas semanas
un dolor comenzó a estrujarme el alma
por las noches, cuando intento el sueño
mi heladera a punto de morir
me persigue rengueando por la habitación

cuando venía a visitarte pasé por la casa
dónde leonardo solía vivir antes de mudarse a españa
su padre me dijo que él y su esposa
se habían marchado ayer
algo muy importante ha quedado sin ser dicho

deberías comprender, estoy sufriendo
me sentiría más aliviada si ya la tuviera conmigo
sé que tu socio se fue de vacaciones
estás solo y sin la camioneta
las cosas se han puesto difíciles, este asunto
se vuelve cada vez más y más importante
supongo que no hay manera de que me traigan
el aparato en los próximos días

los que me rondan rumorean
y yo sospecho que es totalmente cierto,
que como no le encontrás arreglo
la abandonaste sin remordimiento
junto a otras chatarras descompuestas

soy una persona sensible, es verdad
me había encariñado con aquella cosa blanca,
resplandeciente, que me vendiste en octubre
pero estuve pensando y tal vez
deberías darme otra heladera
esa que me mostraste de color marrón y congelador
de ser así tendríamos que hablar
del reintegro en dinero que me harías
porque la otra tenía freezer

roberto, esto no solo me quita el sueño
también deteriora mi salud
no me mires de esa forma
y comprendé porqué un sábado por la tarde
encendí una vela perfumada
y me recosté para ver como el sol
desaparecía entre los edificios de enfrente,
pensaba: esta es la primer gran pérdida
que sufro desde que me mudé

la vida en el departamento no es complicada
ordeno las mismas cosas día tras día
solo me esfuerzo porque todo lo que hay adentro
tenga algo que ver conmigo y el ambiente
pero desde que dejaste alojado en la cocina
aquel armatoste ocre, despintado
algo luce verdaderamente mal

reconozco que tuviste un lindo gesto
aquello que sentí como un premio consuelo
me ayudó a pasar lo peor del verano
al menos pude conservar el agua fresca
pero ya no puedo verla, mis ojos la esquivan
como si ella cargara con la culpa, además
me recuerda que para trabajar sos bastante lento

son las siete, supongo por tu seña
que ya querés bajar la persiana
yo también debo partir
unas amigas me esperan para ver un video
brincaría de alegría si esta semana
aparecieses por mi casa
casi como si no te esperase me darías una sorpresa
al traerme algo blanco, brillante, otra vez resplandeciente.
 
De  Dia tras día


si en medio de la noche se dispersa el humo

y en la cama hay bichos bolita
o en el sueño arañas, si encendés la luz
y todas las habitaciones de la nave permanecen oscuras
el incendio puede pasar desapercibido
en la luz de otros fuegos
porque en el sueño hubo bichos y en la cama arañas
y muchas veces encendiste la luz y todo permaneció oscuro
pero nunca algo en tu habitación ardió
Entonces te desplomás como un fruto maduro sobre la cama
sumido en vaya a saber qué sueño sordo
y un poema increíble comienza a crecerte en el pelo
se enreda cubriéndote por completo el cuerpo
y de pronto se hace el día y otra vez la noche
y luego el día y la noche sucesivamente, sin pausas
te ves como un astronauta espiando por la escotilla
la mirada fija en nada ¿quién otro ibas a ser?
¿el hombre araña? ¿la chica de la boletería?
fruncís el ceño, torcés los ojos y te das cuenta:
la alegría es una cosa extraña
en tu paseo por el espacio le escribís a tu amante
que continuás sintiéndote terriblemente solo.

De Mark en el espacio
Mariana Suozzo, Buenos Aires 1982