Noche bella, reduce mi pena.
Atorméntame, si quieres, pero hazme fuerte.
*
Yo en la rada seguía a un chico encantado
solo de sí, entre escasas luces. Sólo yo
mantenía al chico suspendido del mundo.
*
Se desborda en la húmeda noche en silencio
el río. Adiós seco vigor de mi juventud.
*
¿Hace más daño el inocente o el delincuente?
Si tú hablas de amor, el inocente.
*
Sólo un chico escucha mi voz.
Y de mí habla el mundo: árido bien.
*
Cuando la luz llora sobre las calles
quisiera en silencio a un chico abrazar.
*
Después vuelto el rostro hacia la almohada
sonreía a sí mismo, con beato rubor.
*
Y luego estoy solo. Queda
la dulce compañía
de luminosas e ingenuas mentiras.
*
Ligera se precipita sobre el bien y el mal
su dulce prisa de gozar.
*
Tú me dejas. Dices “la naturaleza…”
Qué saben las mujeres de tu belleza.
*
No existe ya aquella gracia fulminante
sino el soplo de algo que vendrá.
*
El mundo que parece de cadenas
está todo tejido de armonías profundas.
*
Quizás juventud sea sólo éste
perenne amar los sentidos
y no arrepentirse.
*
Aire de primavera
invade la ciudad.
A los niños la noche
aumenta la edad.
*
Me oculte la noche y el dulce viento.
De mi casa expulsado y a ti vendido
mi romántico amigo, lento río.
Miro el cielo y las nubes y las luces
de los hombres allá abajo tan lejos
siempre de mí. Y no sé a quién quiero
amar ahora si no es mi dolor.
La luna se oculta y luego reaparece
-lenta vicisitud inútilmente movida
sobre mi cabeza cansada de mirar.
*
Yo quisiera vivir adormecido
en el dulce rumor de la vida.
*
Anochece. Yo capturo un olor
de cuerpo y hierba. Y mi día está enamorado.
*
Siempre chicos en mis poesías!
Pero yo no sé hablar de otras cosas.
Las otras cosas son todas tediosas
Yo no puedo cantar Obras Pías.
*
Amor, amor
alegre deshonor
*
He encontrado mi angelito
en una dudosa platea.
Fumaba un cigarrillo
y tenía los ojos brillantes.
Sandro Penna: (1906-1977, poeta italiano)
De Una extraña alegría de vivir
Traducción: Carlos Vitale y Trinidad Blanco de García