el rayo atraviesa
una hoja amarilla
y la enciende
la examino
no le quedan rastros de luz
apoyada en mi mano
es un vegetal
en plena descomposición
perdidos en la selva
nos parecemos
debajo de la tierra repta
el olor
entre infecto y nutritivo
de las raíces
y los árboles se alejan
con todas sus fuerzas
de la muerte de sus hermanos
y padres
que están ahí
y los alimentan
estiran las ramas para tocar
las nubes
*
el árbol que plantamos
demoró años en crecer
hasta secarse
hoy le amputamos las ramas
con el insaciable griterío de las motosierras
cavamos un pozo al rededor
cortamos las raíces
después lo empujamos
y nos mostró su base enmarañada
en un desgarro de la tierra
yo me quedé con los restos
para pasar el invierno
*
ahora todo
empieza a precipitarse
cae una lluvia de pactos
y convenciones
estamos de acuerdo:
antes podía aferrarme de tu brazo
pero ahora
de nada me serviría
una soga en medio de un tsumani
el agua arranca las raíces los hogares
los frutos
inunda las copas
y suma vidas a su lodo
debajo de la marea negra
no puedo ver a nadie
y tampoco encuentro a nadie arriba
donde las cosas deberían ser
más simples
*
La tormenta partió el tronco
del joven duraznero.
El abuelo Antonio
puso un trapo viejo, untado
con medicinas vegetales
alrededor del quiebre
agregó unas maderas secas como testigos
y me dijo: “puede que se salve”.
Sé de pinos, que una vez rota la punta, dejaron de crecer
y eucaliptos destruidos
por la fuerza ensordecedora del viento
sin embargo miro sus hojas verdes
todavía deshidratadas
con una nueva esperanza
Damián Ratti (Buenos Aires, 1975)
Inéditos