miércoles, 18 de enero de 2012

Gabriel Ferrater: Noche que se me va, otra noche...





A media mañana

El sol, el viejo sabio, va disipando
minúsculas dudas de oscuridad, dejadas
hasta ahora por resolver. Le tiemblan
un poco las manos, y temblamos
los árboles y nosotros cuando oímos
que todo minuto que pasa ha de arrancar,
brusco, una venda de sombra, y ahora el justo
caso de la luz será bien recto, y ahora
chillará la delgada desazón de la flauta
de Iblis, y lo veremos todo, y repleto
de espacios de claridad, impenetrables
como el cristal. Manifestado todo, diremos:
tú lo has querido, te lo has buscado tú, de noche,
cuando dormías sólo para despertarte
y no querías creer que la vida
se te volvería más ignorada que el sueño.

Versión de M. Àngels Cabré


Amanecer

Noche que se me va, otra noche, y el ala
de un inmenso avión se ha interpuesto
entre el azul espeso y la ventana, y dudo
si es un verde tenuísimo o si es plata, fría
cual finura insistente del bisturí que rasga
el útero, o también la luz misma, cuando agrieta
la mano del chiquillo cansado de hacer fuerza
para irritar a sus hermanos, simulando que oculta
quién sabe qué tesoro, y va aflojando
la presa, y sé que nada ha de salir que ayer
no estuviera ya en mí desconsoladamente, y me da
frío mirarme un día más, chupado
hueso frutal, sin pulpa, a la intemperie.

Versión de José Agustín Goytisolo


Amistad del brazo

El metro iba muy lleno. Me agarraba
al lado de la puerta, de un barrote
niquelado. Tenía el brazo tenso
y toleraba aquella persistencia
de un peso tibio sobre el antebrazo.
Había poca gente cuando al fin me volví.
Era muy joven. Fea y pobre, descarnada
como una enjuta cabra mogrebina,
obstinada la frente, ojos cerrados,
abalanzada por toda carencia,
un brazo aún sin dueño, libre y promiscuo,
y no veía que alguien se movía
y se aislaba ante ella. Yo, también
muy joven, demasiado, aún no sabía
reconocerme, más que en la elección,
en aceptar. Así, abandoné el brazo,
como si ya no fuera mío, hasta
la estación, cuando se rompió de pronto
la última cuerda del violoncello.

Versión de Pere Gimferrer


Cifra

Amor, llevabas en el mundo
siete mil setecientos sesenta y cinco
días, al cerrarse la noche
en que me llamaste desde tu rincón,
voz que se había compadecido
y me recibías, cuerpo bondadoso.
Qué juego perdido, qué rodar
hasta romper un oscuro ramaje,
siete mil setecientos sesenta y cinco
días, antes de que encontrara
dónde te me habías acurrucado,
amor, para crecer lejos de mí.

Versión de José María Valverde


Juego

Puedes jugar con su cuerpo,
que es joven y ríe, y quiere
el juego, y no se ha saciado de él.
¿Crees todavía que en ti hay vicio?
Muestra tu vicio. Date
entero. Si lo amas,
no ahogues ese temblor:
la curiosidad del cuerpo, que tú
hace demasiado tiempo que llamas deseo.

Versión de José María Valverde


Gabriel Ferrater (Reus, 1922 - Sant Cugat del Vallès, 1972)
Poeta, crítico y traductor español en lengua catalana.

domingo, 15 de enero de 2012

Gabriela Milone: Nada que pueda ser escrito




venir / a vencer el cuerpo / sin más /  porque / escribir no importa / desconcierto en la lengua / que acaso / tan sólo sepa / de algún sabor que gusta / o no / escribir no importa / el deseo incalmable / llama / desde la desgracia / de su nombre / y no traza / más que la inesperada / o la pequeña /  catástrofe / del cuerpo en desamor

***

cuerpo / no se despierta / siquiera con la escritura de su / nombre / apenas / nadie dice su / nombre / vigilia de los que duermen / en los cuerpos de los otros / o acaso / en el deseo de los que no desean / indeseable cuerpo / vencido por el deseo de lo ausente / quién jugaría / a despertar un cuerpo muerto / o apenas / un círculo / un juego / indeseable / indeseado / quién habla del deseo / cuerpo de nadie / desconcierto de lo que no vuelve / o acaso / o apenas / una letra mal anudada a la piel / cuerpo de nadie / nadie juega 

***

dónde está su cuerpo / o lo que dijeron / que era su cuerpo / nadie supo qué era eso / apenas algo / que nació a destiempo / no querido / cuerpo que desconoce el amor / mutilado en el centro / de su ausencia / así / pequeñas yemas / caídas en la inflorescencia / en el silencio / que cruza la flor / cuando florece / hacia adentro 

***

deseo satisfecho es delicia del alma / deseo inconcluso / deslizamiento del cuerpo / desquicio de lo siempre / insalvable / salvo / el recóndito silencio de la piel / que atesora / su secreto / y lo alza / alguna vez  / como delicia / sí / aunque improbada / y como desgracia / incierta

***

habría que escribir / inciertamente / la intrazable / señal del abandono / sólo eso / nada / que pueda ser escrito / más que en el inscribir / importándose en la lengua / exportándose al dolor / escribir no importa / sólo el derrumbe del cuerpo / puede decirlo
        

Gabriela Milone (San Luis, Argentina  - 1979).  
De Escribir no importa (inédito)