jueves, 22 de marzo de 2012

Hilda Fernández Oreiro: Gira la rueda de la fortuna





Función de circo

¡pasen y vean!
gira la rueda de la fortuna
y las lamparitas son alumbrado público


las entradas de circo
son billetes falsos
con olor a tinta fresca

a la salida de la escuela
todos queremos ser millonarios


la mujer barbuda

me levanto antes de que salga el sol
y lavo mi cara
esquivando el espejo

para estudiar mis glándulas
me acuestan en una fina cama
de metal         y mientras clavan
agujas en mi cuerpo       pienso
en la generosidad del faquir

si me atan    recuerdo al gran Houdini
pero a la hora de entrar por el tubo de imanes
sólo quiero salir disparada
como el hombre bala


faquir

mi piel ya no te recuerda:
sólo tengo esta cama
y camino sobre brasas

puedo comer vidrio molido
o tragar una espada de acero
pero nada se asemeja al dolor
nada a esta intemperie

apenas una voz
cada vez más débil
es lo que busco recuperar
en cada nueva función


siamesas

tu cuerpo y mi cuerpo o
tal vez deba decir nuestro cuerpo
por fin encontró su lugar

en esta casa rodante
hay espejos, viejas fotos, rayos x
y tu sombra que me sigue a todas partes

al atardecer cuando la luz borronea
el borde de las cosas
repasamos la rutina

y cuando las ideas tiran en sentido contrario
me tienta el truco del mago
y su serrucho


el clavadista

la gravedad me condena a estar sujeto al suelo
por eso pongo mucho empeño
en elevarme cada vez más alto
en la escala zoológica
hasta que todo se vuelve hormiga

creo en dios y entiendo su distancia
porque seré la gota que rebalse el estanque

aún así    a la hora de caer
siempre tengo
los brazos y los ojos abiertos


la jaula de los tigres a las tres de la mañana

es sólo un leve ronroneo
una misma canción con grillos y sapos:

que se duerman las fieras
y tengan sueños rojos de sabana africana
que peinen a sus hijos lamiéndolos despacio
que sean dinosaurios o parientes del rey de la selva
que se coman a un fotógrafo de la National Geographic
que acechen a sus presas
y despierten sin hambre


la domadora insiste

cuidate de mi látigo
y de la distancia que impone mi silla

cuidate de mis ojos de tigre
de mi cansancio y mis ronquidos

de los dolores de cabeza
cuidate    y de mi soledad


lanzallamas

sueño con dragones
y la sed que siento no se disuelve
porque quema desde adentro

cada gota es espesa
y sabe al mismo kerosén
que enciende las estufas

en mi boca las palabras
se convierten en cenizas


la contorsionista

cada pliegue de mi cuerpo
se dibuja liviano
como un origami

puedo escurrirme
hasta la última gota o
volverme del revés

puedo hacerme pequeñita
y ser tu equipaje de mano
burlando los controles aduaneros


circo de pulgas

no comprendo
esos trucos de equilibrio
(hay otros universos
para los microscopios)

tus animales en línea de puntos
son una frontera que divide territorios
de un lado     tus artes de domador
y del otro      mi ceguera


Hilda Fernández Oreiro (1969 - Lanús, Provincia de Buenos Aires)
Inéditos


miércoles, 21 de marzo de 2012

Octavio Paz: La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono...



Poesía y poema


La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la idea. Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música, símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza, moral, ejemplo, revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos, palabra del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!

El poema, sin dejar de ser palabra e historia, trasciende la historia. A reserva de examinar con mayor detenimiento en qué consiste este traspasar la historia, puede concluirse que la pluralidad de poemas no niega, sino afirma, la unidad de la poesía. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor intensidad, toda la poesía. Por tanto, la lectura de un solo poema nos revelará con mayor certeza que cualquier investigación histórica o filológica qué es la poesía. Pero la experiencia del poema —su recreación a través de la lectura o la recitación— también ostenta una desconcertante pluralidad y heterogeneidad. Casi siempre la lectura se presenta como la revelación de algo ajeno a la poesía propiamente dicha. Los pocos contemporáneos de San Juan de la Cruz que leyeron sus poemas, atendieron más bien a su valor ejemplar que a su fascinante hermosura. Muchos de los paisajes que admiramos en Quevedo dejaban fríos a los lectores del siglo XVII, en tanto que otras cosas que nos repelen o aburren constituían para ellos los encantos de la obra. Sólo por un esfuerzo de comprensión histórica adivinamos la función poética de las enumeraciones históricas en las Coplas de Manrique. Al mismo tiempo, nos conmueven, acaso más hondamente que a sus contemporáneos, las alusiones a su tiempo y al pasado inmediato. Y no sólo la historia nos hace leer con ojos distintos un mismo texto. Para algunos el poema es la experiencia del abandono; para otros, del rigor. Los muchachos leen versos para ayudarse a expresar o conocer sus sentimientos, como si sólo en el poema las borrosas, presentidas facciones del amor, del heroísmo o de la sensualidad pudiesen contemplarse con nitidez. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro.

Octavio Paz (México 1914 – 1998)
De El arco y la lira

domingo, 18 de marzo de 2012

Florencia Fragasso: Tiempo suspendido




Granizo

Los crímenes de Jack el destripador
sólo pudieron suceder de noche
bajo el amparo del manto negro
que atrapa la identidad de un peluquero
de manos como sogas
y lo transforma en el obstetra
de la reina Victoria.

Pero la noche inglesa rima con la luz
y en el célebre barrio de White Chapel
convive una capilla protestante
para ascender a Dios humildemente
con el blanco más puro y glamouroso
que espolvorea la noche londinense
de talco hecho nevisca
.
Entre las víctimas de la lista -Anne, Emma,
dos Elizabeth, varias Mary-
hay dos que se llaman
Torso Femenino,
ninguna violada todas mutiladas
extraídos los órganos con cierto tipo de estilete
tajeada la garganta

un camino finito y rojo
se abre paso en la nieve

Un Torso Femenino en la noche de hace un siglo
brilla de escarcha,
acá graniza en plena tarde,
desde una ventana de hospital en el barrio de Once
cierro los ojos con un fuerte deseo:
ojalá nevara de verdad



Cazador de búfalos

I
Durante el día la tía
cose las camisas de cowboy para el niño
con charreteras y botones,
pespunte azul marino sobre rojo

La cartuchera de cuero floja
sobre la cadera estrecha de varón
y el bolsillo de la camisa un poco alto

con cada puntada rústica la tía
alimenta el juego de exterminar indios

II
Mi padre en su cama de hospital
cuando no puede dormir
recurre
a pensar en alguna actividad que lo relaje
entonces vuelve
el pensamiento hacia la infancia y es
cazador de búfalos
una tarea extendida
en el tiempo y en el monte

nunca tiene tiempo de aburrirse



Cenicienta

Bruce Springsteen maneja a todo lo que da
por una carretera nocturna
el rudo sensible de New Jersey lagrimea
a voz en cuello
buscando un local abierto
para comprarle zapatos a su chica

puedo verle las venas esforzándose
por llegar a una nota en esa curva:
todas sus acciones cotidianas
-cada gota de sudor
cada tos de tabaco-
son de video clip

¿Cuánto calza? pregunta el vendedor medio gordito
que se refriega los ojos
luego de dormir largo y tendido
contra el mostrador

Del bolsillo delantero del jean apretado
Bruce extrae un papelito
con el número garabateado  en lápiz negro
la cifra del amor



Supermamá

Un bebé con fiebre es el tiempo suspendido
Trato de que duerma, de que tosa
de que vuelva a sonreír para reconocerlo
saber que está bien
peinarle el jopo
cambiarle el pañal
abrigarle los pies
acercarle un chiche
para que lo haga sonar
hacerle masajes
darle el antitérmico
ofrecerle el chupete
prepararle un baño
darle la teta
darle la otra
cortarle las uñas
arrullarlo con una milonga andaluza
una ronda popular
una nursery rhyme

Intervenir, intervenir
ocuparse
gobernar
tener bajo control
todo para que el tiempo no penda
ni ruede como una piedra por el precipicio
de este mediodía,
todo
bajo la clara excusa del amor



Hechos reales

Llevo una semana atrapada en la tela
de una novela buenísima de 600 páginas
leo compulsivamente en cualquier parte
sobre todo en el subte, en el colectivo
mientras me muevo

me paso de las paradas, me sobresalto
especulo con robarle minutos a las cosas
para avanzar dos o tres párrafos
en mi doméstica carrera contra el tiempo

Ah pero a la noche
esperanzada me la llevo a la cama
prendo la luz de la mesita
ansiosa por saber qué va a pasar
y me quedo dormida enseguida
después de 10 o 15 líneas
para soñar con el protagonista



Florencia Fragasso (Lomas de Zamora - Argentina - 1975)
Inéditos