lunes, 2 de abril de 2012

Juan Pablo Bonino: Esa noche pude ver los rayos de luz




Esa noche…

Esa noche pude ver los rayos de luz
descomponerse sobre la nieve, esa noche
sentí cómo tu sangre y la mía circulaban juntas,
esa noche como nunca esperé la punta del amanecer
volverse una parte de tu ojo que ya casi no parpadeaba.

Los relámpagos entibiaban la noche
mientras afuera la nieve envolvía casi todo
con su película de luz, menos las puntas de las rocas
que quizá brillaran si quisieras iluminarlas cuando soñabas:
desde tus ojos se proyectaban relámpagos que segundos 
            /después
caían desde el cielo, así como la nieve que venía de la noche
viajaba en secreto por un túnel hacia nuestra sangre.

Nunca sentí a alguien como esa noche,
cuando mientras pasaba el dorso de mi mano
por la tela de tus párpados, escuché cómo suspirabas
y me decías que te sentías sola. Afuera nevaba, poco
pero nevaba. Sin embargo por la luz que salía de tus ojos
imaginé las amarras de un bote soltándose, algo así como
el punto de partida para lo que fue el mejor sueño del mundo:
acariciarte una y otra vez en un ciclo que no era de este planeta,
un tiempo de nieve deslumbrante que cada vez que titilaba en 
            /tus pupilas
derramaba en toda la casa un rayo de luz que apuntaba 
           /a mi ojo.



Ni siquiera es temprano…

         Ni siquiera es temprano, está casi
a punto de amanecer y no hay fulgor
que anuncie las costuras del día:
esta tiniebla larga como los años
que pasaron, esta noche pienso
en esos días ventosos de mayo
que no fueron a ninguna parte,
cuando apenas teníamos veinte
y ya habíamos perdido aquello
que soñábamos en la infancia.

Ahora este invierno en mi casa
repaso el contorno de tu voz
para así disipar este amanecer
empeñado en delinear su borde
de luz. Pienso que tal vez yo sólo
deambulo en busca de esos hilos
de luz que emanás cuando sueño:
acaso soñar con vos es una forma
de volver a perder todo aquello
que tal vez nunca hayamos tenido.



Juan Pablo Bonino (1984, CABA)
Inéditos