miércoles, 17 de agosto de 2011

Umberto Saba: Bajo una luz de extraña, iridiscente transparencia


 3. Juego número trece

Sobre las gradas un pequeño grupo extenuado
se calentaba con su propio calor.
                                      Y cuando
-desmesurada custodia- el sol ocultó
tras una casa su brillo, la cancha
se aclaró con el presentimiento de la noche.
Corrían por todas partes casacas rojas,
casacas blancas, bajo una luz
de extraña, iridiscente transparencia. El viento
desviaba la pelota, la Fortuna
se ponía otra vez una venda en los ojos.

Era agradable
estar así, tan pocos, tiritando
juntos,
como los últimos hombres sobre una montaña,
viendo desde allá el último combate.


Tredicesima partita

Sui gradini un manipolo sparuto
si riscaldava di se stesso.  
E quand
--smisurata raggiera– il sole spense
dietro una casa il suo barbaglio, il campo
schiarì il presentimento della notte.
Correvano sue e giù le maglie rosse,
le maglie bianche, in una luce d’una
strana iridata trasparenza. Il vento
deviava il pallone, la Fortuna
si rimetteva agli occhi la benda.

Piaceva
essere così pochi intirizziti
uniti,
come ultimi uomini su un monte,
a guardare di là l’ultima gara.


Palabras

Palabras
donde el corazón del hombre se reflejaba
-desnudo y asombrado- en los orígenes; un rincón
busco en el mundo, el oasis propicio
para purificarlas con mi llanto
de la mentira que las ciega. Junto
con los recuerdos espantosos, el cúmulo
se disolvería, como nieve al sol.

Paurales

Paraules,
a on s’emmirallava el cor de l’home
—nu i sorprès— als orígens; un redós
cerco en el món, l’oasi favorable
per depurar-vos amb les meves llàgrimes
de la mentida que us encega. Alhora
dels records espantosos el gavell
s’esvairia, com la neu al sol.

Umberto Saba (Trieste 1883- Gorizia 1957)
De El cancionero
traducción: Ana María del Re