viernes, 2 de diciembre de 2011

Flavia Garione: Cuando te agarre un remolino, te vas con él



                                              The river is the mother
Jack Kerouak - SEA Sounds of Pacific Ocean at Big Sur
   

Museo Local

Fuimos en verano
a andar por el país
Los mochileros cara de langosta
gritaban todo el tiempo
bardiaban a todos.

¿Qué puede sucederte
cuando el tren conduce
a un pueblo alejado?

En un pueblo de Santa fe
paré en lo de una amiga que
lo primero que hizo fue
llevarme al museo local:

Había un caballo embalsamado
que no había hecho
nada importante

un manuscrito de Rosas,
que era
en realidad
una lista de compras:
decía
necesito: dos padrillos,
cinco botellas de vinagre.
mucho azúcar.

Tenían
un pedazo de nave espacial
que se había caído en un campo.


*


Dicen
que en el museo local
funcionó una radio clandestina.
Una radio de cavernícolas de Santa Fe
que se vistieron de celeste
para que el pueblo supiera
quiénes eran.

Lo que pasó
después
ya no sé si lo soñé
o si pasó.

Un punk arrancó
De la plaza principal
una estatua
que todos adoraban
como a un Dios constructor

Le ponían
flores.
Le ponían
Rosarios
y botellas de agua mineral.

Dijeron que fui yo
y el pueblo me odió,
como a una plaga
como a una crisis económica.
Y un ejército
de nenes y perros
con los torsos desnudos
me escoltó
hasta la salida.




Gualeguaychú

Estoy en Gualeguaychú tirada.
Descubrí que me gusta más el río que el mar.
El río se presta mucho más para que una se meta.
Voy a alquilar una canoa mañana
¿Qué vamos a hacer con el río de noche?


Apenas vaya al centro tengo que pasar por
el registro civil de esta ciudad a buscar
los datos "reales" del nacimiento de mi bisabuela
Sixta Diaz (1900 aprox.) que era guaraní.
Sus padres: José Díaz y Margarita Miranda.


Acá todo es muy verde.
Me sorprende
cómo convertimos cualquier cosa en paisaje.

La gente
tomando mate
atraída por el poder sobrenatural del río.
Escucho: “Cuando te agarre un remolino
te vas con él”.

Imaginé a mi bisabuela
en ese mismo río
cien años atrás
mirando su propia película
que somos nosotras.

Volvimos en un kayac rojo
chocamos contra varias cosas:
un yate encallado,
unas personas,
y una cosa muerta
que no supe adivinar
qué era
tenía alas y piel atigrada.

En la noche
me quedé sola en el muelle
descubrí
una amenaza:
no eran mis antepasados,
era el fantasma
de una  montonera

Oscurecía.
Candela estaba en trance
arrojaba sahumerios diciendo:
El verbo se hizo carne y la carne
asado

Después nos bañamos.
Tenemos música alrededor
Todo acá es comunitario y popular.
Ahora mismo
Candela hace sociales
para poder cocinar en el fuego de alguien.
Mi tarea es lavar la lechuga y el tomate,
cortar el tomate,
poner la mesa.


Flavia Garione (Argentina, CABA – 1990)
Inéditos